Está previsto que la vendimia en Arribes del Duero se generalice a finales de septiembre, un año algo climatológico complicado en el viñedo, pero que los viticultores han sabido tratar a tiempo, y en el que estima la producción de un millón de kilos de uva en total.
El mayor porcentaje de la uva de Arribes será tinta, sobre todo representada por las variedades Juan García y Tempranillo. También habrá una gran cantidad de Rufete, “pues cada vez más los viticultores y bodegueros que la recogen y elaboran por separado”, explica Carlos Capilla, director técnico del Consejo Regulador, quien añade que “la Bruñal es la tinta variedad reina de Arribes del Duero, pero no hay mucha cantidad (en torno a 30 – 35.000 kilos)”.
Capilla ha anunciado una novedad en la presente vendimia y es que será el primer año en el que el Consejo Regulador controle y registre una nueva variedad autorizada: la internacional Syrah.
Las castas blancas, por su parte, representan entre el 7 y el 9% total de la producción, que corresponde sobre todo a la uva Malvasía.
Los vinos de Arribes del Duero han pasado una especie de “peregrinaje en el desierto” por culpa de la crisis económica, durante la cual la presencia en el mercado se vio mermada. Sin embargo, en los últimos tres años, las ventas han repuntado.
“El año pasado, coincidiendo con nuestro décimo aniversario, batimos récord de ventas, pasando del medio millón de contra-etiquetas. Este año, a estas alturas, ya llevamos 412.000 por que prevemos que se produzca otra vez ese récord de ventas, ya que nos queda por delante toda la campaña de navidad”, argumenta el director técnico.
Uno de los objetivo de la Ruta del Vino de Arribes es, precisamente, dar a conocer los vinos y viñedos de la zona. Tal y como afirma Capilla, “una Denominación de Origen como es Arribes necesita visibilidad… Es un sitio ideal para perderse”.
Arribes cuenta con todos los factores para el disfrute del visitante, ofreciendo propuestas para todos los gustos y edades: dispone de una maravillosa riqueza paisajística y natural, donde poder realizar paseos y rutas de senderismo; riqueza gastronómica; buen clima y además es un lugar idóneo para el cultivo de la vid y la producción de vino. Un refugio en los confines.